Lo que hago en Fronda, soƱando la saga "Almas de luna"

27/03/2016
NOCHE ESTRELLADA:
"Han salido las estrellas, la noche es para pedir deseos... desear lo muy lejano, superpoderes, mƔs misterio, una oportunidad de ver las estrellas, palabras, recordar lo que es desear, simplemente desear y estar entre los que desean".

Estos son los tejados de Fronda y en ellos estoy muy cĆ³moda, escribiendo con mi tĆ© y mi portĆ”til bajo la luna hasta el amanecer. 
Tengo un cielo de personajes que me cuentan lo que desean mientras voy escribiendo su historia; algunos lo consiguen y otros... eso ya lo verƩis.

Noches de Lupercalia avanza muy despacio, sueƱo despierta nuevas escenas y diƔlogos, reescribo mucho y pruebo nuevos caminos = esto va a tardar en ver la luz.
Eso sĆ­, el contrato con Ediciones B en el sello SelecciĆ³n RNR ya estĆ” firmado y saldrĆ” con ellos. :')
No me meten prisa, este aƱo publicamos juntos otras dos historias que ya estƔn listas y ojalƔ funcionen bien. Entretanto, yo sigo feliz en los tejados con mis amigos de papel, paladeando las palabras, pedaleando las frases y pegƔndome con los flashbacks de este pequeƱo Falcon Crest lobuno que es la saga Almas de luna.

Os dejo con unas "estrellas fugaces" de Fronda y el beso cercano de un caballero exacto a como yo imagino a RaĆŗl Montenegro; no tiene por quĆ© ser asĆ­ como lo imaginĆ”is vosotros y espero que no lo sea porque la magia de escribir y de leer es esa, la libertad de elegir nuestras propias estrellas.

 




Equinoccio de primavera con historia nueva :D "Corazones de escarcha"

20/03/2016


AĆŗn tardarĆ© unos dĆ­as en subir este cuento para adultos a Amazon. No sĆ© si estarĆ” para finales de marzo o principios de abril o cuĆ”ndo, lo que significa que ya no sĆ© si completarĆ© el proyecto 12 meses, 12 historias.

Era una manera de obligarme a terminar esos borradores que tengo a medias o incluso terminados y escondidos en un cajĆ³n, algunos llevan ahĆ­ veinte aƱos con mĆ”s de cien pĆ”ginas. 
Al desempolvarlos, me he dado cuenta de que muchos solo sirvieron como entrenamiento, no son aprovechables, ni siquiera la idea; sin embargo, me gustarĆ­a redondear los que merecen una segunda oportunidad y mandarlos a algĆŗn premio.

Me retĆ© y no funcionĆ³, pero hay otros retos mĆ”s motivadores y aprovecho para dejar el enlace a una app que sĆ­ que es arriesgada: write or die (escribe o muere).

Con esta herramienta puedes elegir los objetivos y hasta los castigos que se te impondrĆ”n si no lo consigues; por ejemplo, si dejas de escribir un rato, empieza a borrar lo Ćŗltimo que hayas escrito. TambiĆ©n te refuerza que lo hagas bien y puedes programar recompensas, puedes elegir que tu ordenador te ronronee o que te muestre fotos de cachorritos, cosas asĆ­ de locas y divertidas.

En fin, no sĆ© cĆ³mo castigarme por no haber conseguido el objetivo de los doce meses, ¡he abandonado en el primer cuarto, vaya cacota! :P
PodrĆ­a darme de cabezazos, como el gif que he puesto de Dobby, pero como soy una elfa libre, escribo un post y me siento un poco decepcionada conmigo misma y ya... Bah, la verdad es que ni eso, en realidad estos meses estĆ”n siendo muy buenos porque mi niƱo estĆ” avanzando un montĆ³n y estĆ” superfeliz y lo amo y su corazĆ³n es mi Ćŗnico amo. ;)

Os dejo con la sinopsis de Corazones de escarcha y con la portada, regalo de mi preciosa cuƱada que es el bellezĆ³n de la foto.
Nos vemos pronto, ¡que tengĆ”is una primavera de cuento! ;)


CORAZONES DE ESCARCHA, fantasƭa romƔntica.

Un anciano asegura ser hijo del dios Loki y de una bruja de hielo. Sufre una extraƱa enfermedad que mantiene su corazĆ³n a menos de 30Āŗ y su caso lo estudiarĆ” una joven neurocirujana, cuyo cerebro es incapaz de realizar las conexiones quĆ­micas del enamoramiento.
Su historia empieza asĆ­: «existe un reino de hielo dentro de una bola de cristal, la nieve es polvo de hadas y su magia se alimenta de corazones rotos. Todo lo que desees aparecerĆ” bajo la escarcha, menos la salida. Y si te enamoras, morirĆ”s».


Los corazones de papel de Marisa Sicilia.

17/03/2016

¡Estoy superfeliz, ya tengo El juego de la inocencia en la estanterĆ­a!
Marisa Sicilia lo ha vuelto a conseguir y la novela estĆ” en todas las librerĆ­as :') 
¡Vivan los sueƱos hechos realidad! 
AdemĆ”s, no es un golpe de suerte, es una recompensa por la buena calidad de su trabajo y la fuerza de voluntad que tiene para defenderlo hasta el final, como bien dice en la Dama del Paso ¡nunca renuncies a lo que amas!

Tengo en mis brazos sus corazones de papel y los recomiendo al 100% ¡hagan juego seƱores! ;) con la Sicilia siempre se gana y en este caso por menos de 8€ aseguro puro entretenimiento de alto voltaje.

No sabƩis lo que la admiro y envidio por ser capaz de hacer con soltura historias tan diferentes, cuidadas y maravillosas; tambiƩn la quiero a morir, no lo negarƩ, pero si me atrevo a hablar asƭ de ella aquƭ y por donde voy es porque sƩ que su obra respalda mis palabras. Y publica con editoriales muy grandes: La Dama del Paso (Harper Collins) y El Juego de la inocencia (Ediciones B).
¡ERES GRANDE, SICILIA!

ir a hacer la compra a un centro comercial y verla entre los grandes demuestra lo GRANDE que es

Os dejo con la foto de familia de mis tesoros reunidos :') 

La Dama del Paso (Harper Collins) y El Juego de la inocencia (Ediciones B)

Playa y montaƱa / Bienvenidos a Holanda

14/03/2016
Mi queridĆ­sima amiga Elena me ha regalado este video de la fundaciĆ³n FEDER (que estudia las enfermedades raras) y yo lo aprovecho para darle las gracias a Jose y a la misma Elena por ser nuestros guĆ­as de montaƱa y parte de nuestra familia TEA (Trastorno del Espectro del Autismo). :D



Si querƩis saber de quƩ va este emocionante recorrido, no os perdƔis tampoco este precioso texto:


BIENVENIDOS A HOLANDA, por Emily Perl Kingsley


Recientemente fui interrogada para describir la experiencia de criar a un niƱo con discapacidad. Para ayudar a la gente que no ha compartido esta Ćŗnica experiencia, a comprenderla, a imaginar como se sentirĆ­a. Es algo como esto…

Cuando vas a tener un bebĆ©, es como planear un viaje de vacaciones a Italia. Compras un montĆ³n de guĆ­as y haces planes maravillosos. El Coliseo, El David de Miguel Ɓngel, las gĆ³ndolas de Venecia. Aprendes unas frases en italiano. Todo es muy emocionante.

DespuĆ©s de meses de impaciente espera, el gran dĆ­a llega. Preparas tu equipaje y partes… Algunas horas despuĆ©s, el aviĆ³n aterriza. Los tripulantes, horas despuĆ©s de que el aviĆ³n aterriza te dicen “Bienvenido a Holanda”.

–¡¿Holanda?!, ¿QuĆ© significa Holanda? Yo contratĆ© un viaje a Italia. Yo pensaba que estaba en Italia. Toda mi vida he soƱado ir a Italia.

–Pero ha habido un cambio en el plan de vuelo, han aterrizado en Holanda y deberĆ©is permanecer allĆ”.

Lo importante es no tomarlo como un lugar horrible, disgustante, asqueroso, lleno de pestilencia, hambre y enfermedad. Es solo un lugar diferente.

DeberƔs salir y comprar nuevas guƭas, deberƔs aprender un lenguaje totalmente nuevo y conocerƔs a un grupo de personas que de otra forma no las habrƭas conocido.

Es solo un lugar diferente, es mĆ”s lento que Italia, menos deslumbrante que Italia, pero despuĆ©s de estar un tiempo y tomar una pausa, miras alrededor y empiezas a notar que Holanda, tiene molinos de viento, Holanda tiene tulipanes, Holanda tambiĆ©n tiene “Rembrandts”. Pero todos tus conocidos estarĆ”n yendo y viniendo de Italia, y ellos hablarĆ”n acerca del maravilloso tiempo que pasan allĆ”. Y por el resto de tu vida tu dirĆ”s, “AhĆ­ es donde yo suponĆ­a que iba, es lo que habia planeado”.

El dolor de esto es posible que nunca acabe porque la pĆ©rdida de un sueƱo es una perdida muy significativa. Pero si gastas tu vida lamentado el hecho que no llegaste a Italia, nunca serĆ”s libre para gozar lo muy especial, las muy amorosas cosas… acerca de Holanda.

"Como caĆ­do del cibercielo" sale en mayo ^^

13/03/2016

¿Os acordĆ”is de la novela que os regalĆ© en navidad, la que estĆ” escrita en wasaps? Os hablĆ© de ella aquĆ­ y aquĆ­, cuando la empecĆ© a escribir y cuando publiquĆ© el Ćŗltimo capĆ­tulo el 31 de diciembre de 2015. 

Mis hadas madrinas del RNR la retiraron del foro despuĆ©s del dĆ­a de Reyes, pero yo ya habĆ­a estado trabajando en el pulido del manuscrito  desde que puse FIN e incluso aƱadĆ­ un epĆ­logo. 
¿QuerĆ©is saber una linda coincidencia? No lo hice a propĆ³sito, pero las Ćŗltimas palabras que escribĆ­ en la historia al revisarla fueron "a travĆ©s del universo". 
Me parece un broche mĆ”gico para este viaje cĆ³smico. ;)

Tras el trabajo de maquetaciĆ³n, la novela ocupa unas doscientas pĆ”ginas, imita la distribuciĆ³n de los mensajes a izquierda y derecha como si leyesemos wasaps en la pantalla del mĆ³vil, pero se lee en un suspiro. Ayer releĆ­ la versiĆ³n final que me mandaron las editoras de La SelecciĆ³n (ains, cĆ³mo las adoro) y fueron apenas un par de horas, un rato dulce y divertido.

La portada del post la he hecho yo y es fiel reflejo de cĆ³mo estoy: en las nubes. En cuanto tenga la portada oficial os la enseƱo, me muero de curiosidad, jeje.  

Por otra parte, sĆ© que solo es una historia cortita, pero siento que he hecho algo grande; con esto no me refiero a que haya hecho algo de gran valor literario, me refiero a que lo he hecho CON MUCHƍSIMO AMOR y me emociona cuando lo leo porque lleva dentro pedazos de mi mundo.
"Amor inmortal e ilimitado que brilla a mi alrededor como un millĆ³n de soles, me llama y me llama a travĆ©s del universo".

Os dejo con un abrazo muy fuerte y una melodĆ­a que aĆŗn viaja por el espacio, aunque la que yo os mando esta vez es la versiĆ³n de Scorpions. ^^


Las cuatro estaciones de las chicas Gilmore ^^

7/03/2016
Mi colecciĆ³n de las Gilmore Girls estĆ” a punto de crecer porque ¡habrĆ” nueva temporada!

Estoy superfeliz, soy muy fan y la foto muestra uno de los mejores regalos de cumpleaƱos que he recibido nunca. Mi marido aflojĆ³ la mosca y me fue soltando en varios aƱos las siete temporadas, pero de verlas conmigo pasĆ³. No me importa, adorar a las Gilmore hasta el orgasmo cerebral es algo que puedo hacer yo sola, aunque en compaƱƭa siempre mola mĆ”s ;) asĆ­ que si os animĆ”is a ver los nuevos capĆ­tulos y comentarlos por wassap ¡aquĆ­ estarĆ©! :D

De momento se sabe poco, que los capƭtulos durarƔn 90 minutos y que serƔn solo cuatro: Primavera. Verano, OtoƱo e Invierno.
Hay alguna foto con personajes nuevos y muchos rumores de los que van a volver, pero confirmados solo estĆ”n las chicas, la abuela viuda (el abuelo ya falleciĆ³, el gran Max de JĆ³venes Ocultos), ¡Luke, of course! ...y Dean, Jess y Logan, ¡los tres amores de Rory! Fuck yeah!

Me enganchƩ a la serie por la hija y su amor por los libros, me quedƩ por la madre y su lengua hiperactiva, ya estoy contando los minutos para saber quƩ me he perdido en estos aƱos que llevo sin ver a mis amigas las Gilmore.

Si no habĆ©is visto la serie, ¿a quĆ© esperĆ”is? ¡Corred insensatos!
¡Nos vemos en el cafĆ© de Stars Hollow! :) 



PD: ¿quiĆ©nes serĆ”n los crĆ­os de las fotos? ¿hermanos de Rory? ¿nietos de Lorelai? ¿cualquier otra cosa megaguachi? estoy en ascuas, tic-tac ;)

Desayuno cubano, desayuno mexicano... o lo bien que me lo paso dejando libres a los protas.

04/03/2016
Hoy desayuno con Hechizo de mar y luna, que anoche me la he vuelto a leer porque echaba de menos a Urko Anzola. 
A veces me pasa, escribir es el Ćŗnico modo que tengo de dar forma a ciertos amigos fantasmas que me susurran sus historias o se me aparecen en sueƱos, no me avergĆ¼enza decirlo porque si estĆ”is leyendo esto es que ya sabĆ©is que estoy locatis y oigo "voces" y las voces me dicen que escriba ;) ... y hablando de voces y fantasmas, este capĆ­tulo antes se llamaba asĆ­:

Sangre, ron y el beso de la chica fantasma. 
(antecedentes: esto va de tres brujos que estƔn de aquelarre en su cueva, investigando el misterio de unos "polvos mƔgicos")

Lur, irents nazazu
Escupieron tres veces sobre la tierra, esta se los tragĆ³ y ambos aparecieron en lo alto de la escalinata de piedra. 
Paulo aguantaba de rodillas a duras penas. La caverna se clavaba en su espalda y pesaba como el mundo que sujetaba Atlas en el averno, pero no le importaba sufrir el mismo castigo por sus pecados. No se arrepentĆ­a en absoluto. 

Urko era demasiado espigado y tuvo que ponerse a cuatro patas y descender deprisa. Enseguida pudo ponerse en pie y sobrevolĆ³ los primeros escalones, levantĆ”ndose en el aire igual que un surfista tomarĆ­a una ola. No tardĆ³ ni cinco segundos en pisar el gour para ungir sus pies y siguiĆ³ levitando hasta dejarse caer sentado en uno de los tres tronos de piedra, dentro del cĆ­rculo de fuego. 

Para Urko siempre era un alivio bajar a la cueva, allĆ­ el aideko no le molestaba. PodĆ­a usar su don sin rendir cuentas a la Vieja TrĆ­ade porque ellos mismos le habĆ­an dado licencia para practicar allĆ­, entre un centenar de libros de hechizos y los diarios de las antiguas trĆ­ades. 

—¡Ha del castillo! —saludĆ³ mientras se encendĆ­a un cigarrillo y se enfrentaba a la mirada juiciosa de Sergio Urgorri. Este le observaba desde su propio trono, cruzado de brazos. 

—¿QuĆ© has hecho ahora? —replicĆ³ Sergio autoritario. 

Urko mordiĆ³ el cigarro con una sonrisa y le mostrĆ³ las palmas de las manos. 
 —¿Yo? ¿Es que siempre tengo que ser yo? 

Sergio se envarĆ³. 
—TĆŗ me has llamado, ¿no? ¿QuĆ© pasa? —inquiriĆ³ molesto. 

Entretanto, Paulo habĆ­a bajado la escalinata despacio, cabizbajo. AtravesĆ³ el fuego caminando y tomĆ³ asiento en su trono, inclinĆ”ndose hacia delante y ocultando el pelo y la mirada bajo el gorro azul y la capucha de la sudadera. 

A Urko le resultaba extraƱo verlo tan nervioso porque Paulo Anzola encarnaba el espĆ­ritu de la serenidad, era un alma noble de mirada alegre y sonrisa hermosa, siempre tenĆ­a en los labios una palabra de aliento y su corazĆ³n valĆ­a su peso en oro. Era el amigo de todos, el sueƱo de muchas y habĆ­a sido el novio de una sola, aunque ya no lo era de ninguna. Sin embargo, ni siquiera con el corazĆ³n roto, sus primos nunca le habĆ­an visto tan alicaĆ­do. La oscuridad devoraba la mitad de su rostro y su boca se apretaba en un zurcido desigual. 

—¿QuĆ© ha pasado? —insistiĆ³ Sergio—. ¿QuĆ© habĆ©is hecho? 

Paulo tomĆ³ aire y se preparĆ³ para confesar, pero Urko se adelantĆ³ y lo dijo todo de corrido: 
—Llevo follando con un fantasma todo el fin de semana y, no es que me queje, pero no sĆ© por quĆ© me pasa y por eso estamos aquĆ­ reunidos. Fin de la historia. 

—¿EstĆ”s bien, primo? —le preguntĆ³ Sergio, aterrorizado y preocupado, levantĆ”ndose de un salto.

Urko podĆ­a ver la sombra de la sospecha y las ganas de sermonear temblando en sus labios prietos de chico perfecto, pero agradeciĆ³ el detalle y le indicĆ³ con una mano que volviese a sentarse. Dio una profunda calada al cigarrillo y continuĆ³: 
—Estoy mejor que bien. 

Urko aderezĆ³ las palabras con unos anillos de humo y estos formaron una cara de mujer. La cara sonriente de Itxaso Darias. 
—Es preciosa, ¿verdad? —prosiguiĆ³ Urko, al tiempo que acariciaba la rĆ©plica del rostro grisĆ”ceo de Itxaso—. Esta cara bonita me persigue por todas partes, es mi dulce amante invisible... 

—DĆ©jate de rollos —bramĆ³ Sergio y sus ojos volaron hacia las estanterĆ­as de los libros mientras hablaba—. Por lo que dices, debe tratarse de un sĆŗcubo. No se me ocurre otra cosa... 

—¿Un quĆ©? —repitiĆ³ Urko. 

Sergio deshizo el rostro de humo de un soplido y aclarĆ³ autoritario: 
—Digo que eso que te ha atacado tiene que haber sido un demonio del sexo, por lo que no deberĆ­as estar feliz. Si mal no recuerdo, los sĆŗcubos eligen una vĆ­ctima y le chupan la fuerza vital, una y otra vez hasta la muerte. 

La sonrisa en la cara de Urko se ensanchĆ³ con recuerdos que no pensaba compartir. 
—Exacto, chupan la fuerza vital, una y otra vez —bromeĆ³. 

Sergio obviĆ³ el comentario soez y continuĆ³: 
—¿QuĆ© es lo que no entiendes, primo? Te estoy diciendo que los sĆŗcubos se aparean con sus vĆ­ctimas hasta que mueren. 

—AsĆ­ que esa preciosidad va a volver a por mĆ”s —suspirĆ³ Urko—. ¡Diablos, sĆ­! Tengo muchas ganas de repetir, pero la rubita ectoplĆ”smica no me ha dado su nĆŗmero. No puedo llamarla al inframundo y esta vez yo sĆ­ que querĆ­a hacerlo. 

—¿Puedes dejar de ser un idiota por un minuto? —se exasperĆ³ Sergio. 

Urko Anzola se acomodĆ³ en su trono y cruzĆ³ los brazos sobre el pecho, entrelazando los dedos. 
—No querĆ­a decepcionarte, Urgorri —dijo sin perder su sonrisa sarcĆ”stica y mantuvo el cigarrillo clavado en un lado de la boca. Dio una Ćŗltima calada, lo tirĆ³ al suelo y pisĆ³ la colilla con saƱa—. Vosotros os creĆ©is que yo solo pienso con la polla y a veces es cierto. Otras veces… —Urko se clavĆ³ el Ć­ndice en la sien—. Otras veces uso la cabeza y, aunque no os lo creĆ”is, la mayor parte del tiempo es este el que piensa —concluyĆ³ Urko golpeĆ”ndose con la mano justo encima del corazĆ³n para agregar con un hilo de voz—: Este cabrĆ³n es el que me mueve cuando mi familia estĆ” en peligro y por eso estamos aquĆ­. 

—No entiendo nada —le interrumpiĆ³ Sergio y mirĆ³ a Pau, buscando una explicaciĆ³n menos crĆ­ptica, pero su primo no levantaba la vista del suelo, ni decĆ­a esta boca es mĆ­a. 

—Hace un par de horas —continuĆ³ Urko—, mi chica fantasma se me ha aparecido y me ha preguntado si estaba muerto. ¿Es la hostia de raro, verdad? No creo que eso cuadre con tu teorĆ­a del sĆŗcubo, Urgorri. 

—Los demonios mienten —aseverĆ³ Sergio. 

Urko se puso en pie y se defendiĆ³:
—TĆŗ no has visto su cara. Estaba muy asustada y me da igual que sea un demonio o que estĆ© muerta o quĆ© sĆ© yo. Si ella me necesita, si necesita mi ayuda, te juro que voy a remover cielo y tierra para ayudarla. 

La mandĆ­bula de Sergio se desencajĆ³, observĆ³ a sus primos de hito en hito y no supo quĆ© decir, ni cĆ³mo encauzar la situaciĆ³n. La sensaciĆ³n de descontrol le angustiaba y le oprimĆ­a el pecho al respirar. 

Urko empezĆ³ a caminar alrededor del cĆ­rculo mientras tocaba el fuego con los dedos, enfurruƱado y meditabundo. Nunca se habĆ­a quitado la coraza asĆ­, dejando que sus emociones alcanzasen el vĆ­nculo que les unĆ­a a los tres para servirles su corazĆ³n en bandeja. 
—Tenemos que encontrar un conjuro que me permita conectar con ella otra vez y preguntarle cĆ³mo puedo ayudarla... 

—Si no te conociese —le interrumpiĆ³ Sergio—, dirĆ­a que te has enamorado de un fantasma. 

Urko frenĆ³ en seco y refunfuĆ±Ć³: 
—¡AhĆ­ va la hostia! Ahora resulta que me he enamorado de Casper, no te jode, Urgorri… ¡Y se supone que tĆŗ eres el mĆ”s listo de los tres! Necesito un trago, me estĆ”is rayando. 

Sin dejar de hacer aspavientos, el brujo rubio se internĆ³ en una de las grutas y desapareciĆ³. 

—Se nos ha enamorado hasta las trancas —repitiĆ³ Sergio y se dirigiĆ³ a Pau—: TĆŗ lo sabes y yo lo sĆ©, el Ćŗnico que no se ha dado cuenta es Ć©l... y si es el hechizo de un sĆŗcubo, tenemos un problema serio.

—¿QuĆ© crees que estĆ” pasando? —se atreviĆ³ a preguntar Pau. 

—No lo sĆ©, deberĆ­amos empezar por descartar lo que no estĆ” pasando... —Sergio abandonĆ³ el cĆ­rculo y se acercĆ³ a las estanterĆ­as—. Uno de estos libros nos ayudarĆ”. 

CerrĆ³ los ojos y sus manos leyeron los lomos de los antiguos cĆ³dices como si estuviesen en braille, hasta detenerse sobre un tomo anaranjado y polvoriento. 

Cuando Urko regresĆ³ minutos despuĆ©s, algo mĆ”s calmado, Sergio vagaba por los estantes de especias y Pau seguĆ­a sentado en su trono, con un libro abierto en el regazo. 
Urko Anzola se sentĆ³ en su trono y se puso sobre las rodillas una botella de ron, que contenĆ­a apenas dos dedos de licor. 

—Llevamos demasiado tiempo sin venir —rezongĆ³—. Esto es lo Ćŗnico que he encontrado. 

—Todo para ti —dijo Pau, le mirĆ³ de reojo y volviĆ³ a la lectura. 

Sergio le regaĆ±Ć³: 
—No son ni las diez de la maƱana, no deberĆ­as… 

Urko le chistĆ³, sacĆ³ un pitillo y abriĆ³ la botella con los dientes. 

—Esto es un desayuno cubano: botella de ron y tabaco en la mano —dijo y apurĆ³ la botella de un trago. 

Sergio desapareciĆ³ detrĆ”s de una columna de piedra bulbosa y su voz retumbĆ³ en la caverna: 
—Te he dicho que no te lo bebieses porque solo hemos encontrado dos maneras de comprobar si tu chica es un sĆŗcubo... ¡Y para las dos necesitamos tu sangre! 

Paulo asintiĆ³ y Urko barbullĆ³: 
—¿De cuĆ”nta sangre estamos hablando? 

Pau no contestĆ³ y regresĆ³ al texto que estaba estudiando con un sonrisa maligna que se estiraba al tiempo que desaparecĆ­a la de Urko. 

—¡He encontrado las algas luciferinas! —terciĆ³ Sergio, saliendo de detrĆ”s de las rocas con los brazos en uve y varios botes mugrientos en las manos—. Ya tenemos todo lo que necesitamos. El ungĆ¼ento no parece muy difĆ­cil de elaborar... 

—¿U-ungĆ¼ento? —tartamudeĆ³ Urko. 

—¿Prefieres que preparemos el bebedizo? —contrarrestĆ³ Paulo—. A lo mejor te gusta mĆ”s que el ron… Es un desayuno casi mexicano: le quitas el tequila y te comes el gusano. 

Paulo y Sergio se desternillaron, mĆ”s nerviosos que divertidos. Era cierto que Urko tendrĆ­a que comerse algo parecido a un gusano, junto con otra serie de ingredientes esotĆ©ricos. Pau le mostrĆ³ la pĆ”gina en la que se explicaban los dos modos de desenmascarar el rastro de un sĆŗcubo y Urko retuvo una arcada. PodĆ­an aplicar un bĆ”lsamo o preparar una pociĆ³n, que era un poco mĆ”s complicado, aunque los ingredientes eran prĆ”cticamente los mismos. El grimorio no decĆ­a nada de gusanos, pero la vĆ­ctima tenĆ­a que tragarse una larva de lamprea alimentada con su propia sangre. HabĆ­a lampreas en el rĆ­o que cruzaba la cueva y a Urko siempre le habĆ­an provocado pesadillas. Eran como sanguijuelas alargadas con bocas redondas y llenas de dientes. 

—Me quedo con la pomada —decidiĆ³. 

—¿EstĆ”s seguro? —insistiĆ³ Sergio—. En el libro dice que te la tienes que poner en el balano. —Urko no terminaba de entenderlo, asĆ­ que Sergio fue mĆ”s especĆ­fico —: En el glande, primo. ¡Te lo tienes que untar en el glande! 

Urko Anzola se levantĆ³ de un salto y mirĆ³ hacia la escalera. 
—¡Ni de coƱa! —les gritĆ³. 

—Lo hacemos por tu bien —insistiĆ³ Sergio mientras se situaba entre Urko y la Ćŗnica salida de la caverna, para incidir mordaz—: ¿Sabes? Yo casi siempre pienso con la cabeza, pero ahora estoy usando el corazĆ³n porque estĆ”s en peligro... y haremos lo que sea por sacarte de esta. ¿Y no decĆ­as antes que harĆ­as cualquier cosa por ayudar a tu chica fantasma? Pues primero tenemos que saber lo que es. 

—Muy gracioso —carraspeĆ³ Urko. Un sudor frĆ­o habĆ­a perlado su frente y se lo secĆ³ con las manos, masajeĆ”ndose la cara—. Bueno, vale... Probemos con el ungĆ¼ento. ¿CĆ³mo funciona? 

Pau seƱalĆ³ el bote lleno de algas luminiscentes y agregĆ³ despreocupado: 
—Pronto lo veremos, literalmente. Tenemos que mezclar tu sangre con estas algas luciferinas y el resto de los ingredientes, luego leemos un conjuro y voilĆ : funcionarĆ” como el mejunje que usan los forenses de CSI para encontrar restos de sangre en la escena del crimen. 

Sergio se animĆ³ y continuĆ³ explicĆ”ndoselo: 
—No es exactamente igual, porque serĆ” tu propia sangre la que revele el rastro de ectoplasma. Si esa chica es un fantasma, sus huellas brillarĆ”n intensamente entre tus piernas. Lo bueno es que como la tienes tan pequeƱa, no necesitaremos sacarte mucha sangre. 

—La tengo como una cobra —bufĆ³ Urko, sin ganas, por inercia. 

SeguĆ­a pĆ”lido y le sudaba todo el cuerpo. TragĆ³ saliva y respirĆ³ hondo. DespuĆ©s del ron, no tenĆ­a el estĆ³mago para bebedizos repugnantes. Aun asĆ­, se lo pensĆ³ dos veces, sabĆ­a que si lo vomitaba, tendrĆ­a que recurrir al ungĆ¼ento de todos modos, asĆ­ que descartĆ³ el brebaje y capitulĆ³: 
—EstĆ” bien, me saco la cobra, le pongo la cosa esa y cerrĆ”is la puta boca. 

Un cuchillo levitĆ³ hacia su mano, el brujo lo cogiĆ³ al vuelo y se hizo un pequeƱo corte en la palma izquierda. 
Cinco minutos mĆ”s tarde, Urko estaba de pie, con los vaqueros por las rodillas y sus primos, agachados a sus pies, inspeccionando sus partes pudendas sin encontrar ni un rastro de brillo. 

—Tal vez deberĆ­amos darle un par de minutos mĆ”s —propuso Pau — o tal vez el ungĆ¼ento necesite mĆ”s sangre. 

—¡Calla! —chillĆ³ Urko—. ¡No me ayudas nada! 

—Nah, la prueba ha fallado —certificĆ³ Sergio, poniĆ©ndose en pie y volviĆ³ a meter la nariz entre los libros—. Si no es un sĆŗcubo, tendremos que buscar otra explicaciĆ³n. Por aquĆ­ hay un tratado de demonologĆ­a que nos puede servir. 

—Estamos perdiendo el tiempo —suspirĆ³ Urko y se limpiĆ³ los restos del ungĆ¼ento con un paƱuelo de papel—. Ya sabemos que no es un demonio. 

—Sabemos que no es un sĆŗcubo —recalcĆ³ Sergio—, puede que sea otro tipo de demonio... 


(y eso es todo por hoy, me lo pasƩ en grande con estos tres y a veces los echo de menos).

PequeƱos placeres de la vida

2/03/2016

De la mano de Evan Lorenzen nos llega al corazĆ³n este pequeƱo libro lleno de grandes cosas ;)

 




 El olor de la lluvia












Patinar con los carritos de los supermercados









 


Sacarte esa cosa que tenĆ­as atascada entre los dientes










 El piar de los pajaritos.














Transcender los lĆ­mites de la forma corporal.









Comer cereales en la calavera de tus enemigos.













Globos.